La Casta Cabrera es una de las fundacionales y gracias a la antigua ganadería de Miura en la actualidad podemos ver características típicas de su comportamiento, aunque lógicamente los Miuras de ahora son menos violentos que los de antes, ya que permiten al torero estar más confiado y hacer faenas más al gusto del público actual.
Abanto de salida, el toro de Miura tarda en fijarse en el capote. En el tercio de varas pueden ser muy bravos, con toros que se arrancan desde lejos, se emplean en el caballo, se crecen al castigo y propician un gran tercio, o también salen mansos de libro, rehuyendo de la pelea.
Para banderillearlos son complicados. Incluso los buenos ponen en apuros a los hombres de plata. Arrebatan los palos con facilidad debido a su gran alzada y largo cuello. Algunos también se frenan e incluso cortan el viaje y varían la trayectoria en la misma arrancada.
El torero que se pone delante requiere de cabeza y mucha técnica para poder dominar sus embestidas. Son toros que te permiten pocos errores. Los que evidencian peligro durante toda la lidia solamente permiten una faena a la defensiva. Al toro bueno de Miura es necesario perderles pasos, cruzarse mucho al pitón contrario y tener la serenidad suficiente para esperarlos hasta que meten la cara en la muleta. Las faenas no pueden ser excesivamente largas, ya que el toro de Miura tiene poca duración porque se orientan y aprenden rápido.